20071007

charlas en la CaFeCONF

Ayer di las charlas en la CaFeConf. Hablando con Matías Brutti y con otros más, llegué a una conclución bastante simple:


quieren mierda, pues a darles mierda


Muchas veces yo pensaba en dar charlas más técnicas, con más contenido técnico y más complejas. Pero el problema es que vienen 10 personas, de las cuales no son simples expectadores, muchos ya tienen en mente que es lo que hace el tema, o lo podrían investigar solos.

Di dos charlas, muy orientadas a la gente que esta comenzando, y ambas estaban bastante llenas (incluso la que di en el auditorio). Lo que me hace pensar que la gente, más allá de todo, sigue queriendose meter dentro de GNU/Linux y quieren ver las charlas básicas.

También, viendo la charla de cierta gente de Ruby, me di cuenta que cualquiera da charlas. Esta persona, más allá de que se haya podido trabar un poco la lengua, hablaba bastante despacio, e incluso en un aula para 25 personas, no se escuchaba en el fondo (a unos 4 metros). Y lo que me resultó más denigrante, es que el tipo estaba comiendo chicle. Es claro que no tiene mucha idea como hacer una charla, y que lo hacía por otra razón (si le gustaba mucho Ruby, hubiese hecho algo distinto, no lo que mostró).

Algo que me agradó mucho, fue el asistir a las charlas, sin tener que hacer nada más que asistir. Llegar a dar mi charla y luego irme. Puede sonar algo malintencionado de mi parte, o al menos poco colaborativo, pero como el Viernes se me complicó por un tema personal, no fui a colaborar con nada, y el sábado ya me dió fiaca de hacer algo, y solo asistí como conferencista.

La UADE, más allá de que tiene muy buenas instalaciones, no está preparada para que en sus aulas haya tanta gente, y el aire se enrarecía bastante rápido, con lo que mucha gente tenía dolor de cabeza (yo estuve sediento constantemente). Pero más allá del detalle de que la cantidad de gente sobrepasaba la que estaba pensada en las aulas, la UADE tiene una infraestructura que no se puede comparar con otros lugares. Por ejemplo, había un brasuleño que estaba en la cola para mostrar su notebook, y una mina de seguridad se le puso a hablar en portuguéz. Más allá de que sea pura coincidencia, el hecho le suma muchos puntos a la UADE y a la gente de seguridad que tiene.

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