Ayer en mi trabajo me mudaron de puesto de trabajo, luego de que lo hayan prometido durante varios meses. Donde estoy es algo más caluroso, pero pese a que soy un gordo sudoroso, es mejor porque también tengo la garganta sensible al aire tan seco del aire-acondicionado.
Como me fui, me tuve que llevar mis posesiones más preciadas, mi taza de la cafeconf del año pasado, y mi mate:
Cosa que no le cayó muy simpático a un ex-compañero, que ahora tiene que tomar mate en un calabacín (suele tener menor capacidad). Este es el (algo fuera de foco por la rapidez que tomé la foto):
El mate era de una compañera de trabajo que se fue de la empresa, y ella me lo legó. Y guardo gratos recuerdos de esta señorita, y cada tanto tengo el agrado de escucharla.
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