El día de hoy fue un día usual en el tercer mundo.
Al salir de mi casa, saliendo algo tarde por estar cansado, me pasaron de largo dos colectivos repletos de gente. Luego me tomo el subte (en la terminal) donde toda la gente subió casi corriendo, y a gatas logrué conseguir un lugar para sentarme.
A la mitad del viaje (estación previa a F. de Medicina) algunas luces se apagaron, y el tren comenzó a ir más lento. Al llegar a la estación F. de Medicina el tren se detuvo como siempre, pero a los 5 minutos (sin que retome viaje) el chofer indicó que La línea D se encuentra con demoras por fallas electricas.
Al esperar el malón salga (unos 5 minutos) salgo del subte para encontrarme al personal no médico del hospital de clínicas que estaban haciendo una movilización. Lo que me molestó de esta gente no fue los bombos, si no que constantemente estaban tirando petardos.
Luego de caminar unas 5 cuadras, y quedar frente al hospital de clínicas, quiero tomar un taxi y el primero me lo saca de la mano un tipo. El segundo que vino rápidamente, casi me lo saca otro tipo, pese a que esta vez el taxista me había visto de forma univoca como cliente, y se estaba arrimando hacia donde yo estaba, esta persona casi me lo saca, salvo que el taxista sigui de largo dos metros hasta donde yo estaba, y recién ahí el boludo se dio cuenta que había otra persona esperando de antes.
En fin, llegué a tiempo al trabajo, pero me topé con muchos usuarios inconformes de este sistema llamado tercer mundo.
A todo esto, yo continué todo el día relajado. No voy a ponerme a despotricar contra nadie por los infortunios de vivir en una ciudad sobrepoblada y exedida por todas partes.
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