Usualmente no me quejo mucho. Pero ya es el cuarto día que mi gata está en celo, y no es el celo común que está dos o tres días. En los que uno de éstos días está peor (maulla a los gritos). Ya son cuatro días seguidos que mi querida gata está a los gritos pelados.
Incluso cuando estoy en es ascensor, a eso del segundo piso, todavía escucho los maullidos de mi querida gata.
Suerte que es un edificio viejo, y que las paredes no son muy finas (solo se puede escuchar a la gata en el pasillo y el ascensor), si no ya se hubieran quejado mis queridos vecinos.
Seguramente que cuando termine este celo voy a olvidarme como siempre de llevarla a castrar (prefiero una gata tipo vaca que en celo).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario